martes, 24 de febrero de 2009

Puvlicidad

Es lamentable encontrar anuncios de publicidad con faltas de ortografía. Pero, lo que de verdad pone los pelos de punta es cuando están hechos por universitarios. ¿Cómo es posible que se gradúen licenciados escribiendo mal? ¿Qué clase de catedrático aprueba a un alumno que no domina su propio idioma? Luego nos extraña que seamos el hazmerreír en las estadísticas de educación de la Unión Europea. Si lo raro es que nos incluyan.

Personalmente, me da igual si la carrera es de ciencias o de letras, si es una ingeniería técnica o una filología, una licenciatura o una diplomatura. Un universitario no puede escribir con faltas de ortografía. Y, eso de que las mayúsculas no se acentúan dejó de ser excusa desde que los procesadores de texto suplieron a las Olivetti.

En un país donde la educación es obligatoria hasta los 16 años, donde el índice de jóvenes con titulación de enseñanza superior supera el 26%, los fallos gramaticales y ortográficos no tienen razón de ser. Pero, si encima estamos hablamos de Comunicadores, roza el sacrilegio.

Lo más penoso es que no se trata de incultura, que también. En mi opinión de lo que estamos hablando es de desidia. Hoy día, quién no tiene cerca un ordenador con acceso a internet para conectar con la RAE, quién no tiene un diccionario arrumbado en alguna estantería. Hace más el que quiere que el que puede, y colgar un cartel de SE BENDE en la ventana, es de querer ser un burro toda la vida. Un consejo: Si tienes dudas, consúltalo. Si no las tienes, también.

Como anunciantes, debemos ser cuidadosos. Hay muchas agencias de publicidad y no todas buenas. El mercado está saturado de profesionales sin titulación, sin la preparación cultural necesaria como para confiarles la responsabilidad de concebir nuestros mensajes. ¡Ojo! con algunos estudios de diseño y freelander, que manejan como nadie los programas gráficos, pero que carecen de unos conceptos básicos y un nivel cultural que les permita analizar el mercado con perspectiva y criterio profesional.

Los mensajes que lanzamos al mercado nos definen como marca. No podemos permitir que la imagen que proyectamos sea deficiente. En publicidad, una palabra mal escrita, una frase mal construida o una expresión mal usada, puede costarnos mucho dinero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es más común encontrar anuncios que escriben ti con tilde que sin ella...