viernes, 23 de enero de 2009

Marketing timofónico

Para abrir este blog, me gustaría contar una historia. Una historia de engaños, falsedades, intrigas empresariales, fraudes y estafas económicas. No, no hablo de Madof, sino de una empresa malagueña de dudosa reputación, que se dedica a la comercialización de un portal web. Da un servicio parecido a Páginas Amarillas pero a lo cutre. Una especie de listín telefónico de empresas en Internet.

Mi experiencia empezó en agosto del año pasado cuando me llama por teléfono una señorita, con acento andaluz cerrado y tono atropellado, diciéndome que tengo que abonar una factura de 350 euros por unos servicios que tenemos contratados con su empresa. Yo, que no tenía ni pajolera idea de qué me estaba hablando, le pido amablemente que me envíe por fax el contrato del que me habla. Y, cual es mi sorpresa cuando La Chica, elevando el tono, me dice que la contratación se realizó telefónicamente unos meses atrás.

-“¿Por teléfono?”. Escéptica, le expliqué que la situación que me narraba era del todo imposible, puesto que profesionalmente no funcionamos de ese modo y jamás de los jamases contratamos nada sin previa autorización y estudio de la comisión de marketing.

La Chica, empeñada en que existía un contrato verbal que me obligaba a abonar la factura pertinente, empezó a soltarme artículos y leyes que regulan la contratación por estas vías y que me vinculan legalmente. Durante más de media hora se dedicó a tratar de convencerme, con muy malos modales, de que estaba obligada a insertar publicidad en su portal y, por supuesto, a abonar la factura que me reclamaba.

Después de pedirle varías veces que me permitiera escuchar la grabación en la que se contrataban dichos servicios o me pasara con un superior directo, La Chica decidió que iba a consultar el asunto y me volvía a llamar.

Todo quedó ahí. El disgusto me duró un par de días pero conseguí olvidarme del tema hasta la semana pasada, que suena el teléfono y una señorita con acento andaluz y tono atropellado, diciendo no ser la misma de la última vez pero con un sospechoso parecido, me reclama el pago de una factura pendiente por un importe de 350€.

En tres días he recibido cerca de 15 llamadas reclamándome el dinero y rozando el acoso. Ahora han cambiado la estrategia y se amparan en una orden de baja firmada por mí que me vincula y obliga a pagar por unos servicios que, para colmo, ni siquiera me han prestado. Les da exactamente igual que les repita hasta la saciedad que no nos interesa ese tipo de publicidad, que nunca he contratado nada telefónicamente con ellos, que no estoy de acuerdo en absoluto con abonar dicha factura y que hagan el puñetero favor de dejar de llamarme constantemente.

El caso está en manos de mi abogado. Yo, lo único que puedo hacer ahora es advertir. Esta clase de empresas utilizan nombres similares a otras sobradamente conocidas y con una imagen de marca sólida, del tipo Páginas Amarillas ó QDQ. En concreto, ésta de la que hablo utiliza la nomenclatura comercial de “guíasdeteléfonos.es", mientras que como razón social tienen otra totalmente distinta ("Cia Telvilloart Marquet, SL"). Es evidente que su política se basa en tratar de confundir al consumidor. Se mueven en unos márgenes de ambigüedad y se esfuerzan para embaucarte, haciéndote creer que estás hablando con otra empresa de sobra conocida y respetada. Una vez que te tienen en su terreno no te dan tregua, se amarran a cualquier resquicio legal que les venga bien para obligarte a pagar y, aquí paz y después gloria.

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